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Tecnologías que cuidan: casas inteligentes, autoorganización y salud digital

02/03/2021

Los datos curan. Hoy, más que nunca, la atención a la salud y su investigación se basa en el flujo de datos que procuran las imprescindibles Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). El uso de estas tecnologías debe estar siempre al servicio de los objetivos de las organizaciones responsables del acto de cuidar. Además, hay que tener en cuenta la aportación de valor de las tecnologías a los diferentes niveles de cuidado: la provisión de cuidados es múltiple y complementaria, y puede visualizarse como un “continuum del cuidado” que enlaza el cuidado individual, el cuidado comunitario y el cuidado profesional organizado mediante instituciones.

El uso de las tecnologías debe estar siempre al servicio de los objetivos de las organizaciones responsables del acto de cuidar.

En el ámbito del cuidado individual, la tecnología contribuye a mejorar la calidad de vida en casa: cuanto mejor esté equipado el domicilio, mejor será su capacidad para cuidar. Por otro lado, la comunidad como agente de cuidado tiene un enorme potencial gracias a la democratización del acceso a la tecnología. La comunidad autoorganizada mediante apps, plataformas y redes sociales es capaz de ofrecer respuesta a necesidades no cubiertas por los sistemas de atención públicos y privados. Finalmente, múltiples son las TIC adoptadas por las organizaciones de cuidado institucional. En los últimos veinte años, se han ido incorporando de forma paulatina, conformando lo que hoy conocemos como salud digital, y que la reciente crisis sanitaria ha catapultado al ofrecer alternativas seguras a la atención a los pacientes.

La persona es soberana de sus datos personales y los datos son suyos, y solo ella puede decidir qué hacer con los mismos.

La salud es global, universal y, al mismo tiempo, personal. Los servicios de atención necesitan de datos cuanto más, más variados y personales, mejor. La persona es soberana de sus datos personales y los datos son suyos, y solo ella puede decidir qué hacer con los mismos. La prestación de estos servicios debe basarse en los principios de voluntariedad, transparencia y soberanía de datos. Además, para que en la ciudad cuidadora sean efectivas todas las tecnologías y aplicaciones, es necesario que exista una gobernanza con visión integradora y de conjunto. Es imprescindible que estén ligadas a todas las actividades del cuidado y que se visualicen como un único recurso, no en parcelas.