21/01/2021
La salud pública resalta la naturaleza biológica de la especie humana, que incluye necesariamente la dimensión social, una definición de salud adoptada por la OMS. Es una característica que se materializa mediante la interdependencia entre las personas que integran las comunidades humanas y que viven mayoritariamente en las ciudades.
Desde este ámbito también se vela por el derecho a la protección de la salud –y también el derecho a la promoción de la salud– de cada persona. Los derechos individuales de los humanos no pueden materializarse efectivamente sin un entorno social adecuado. Es lo que requiere eso que ahora se llama empoderamiento (…) para ser capaces de decidir por cuenta propia y asumir responsabilidades, dos cuestiones esenciales para la promoción colectiva de la salud comunitaria.
Otra cuestión fundamental es facilitar la cohesión social para garantizar la supervivencia de las sociedades humanas –incluidas las ciudades– porque su ausencia provoca inequidades, ya sean sociales, de género, de edad u otras. En este sentido, promover la equidad debería constituir uno de los ejes de la ciudad de los cuidados.
En la actualidad las funciones de la salud pública incluyen la prevención de enfermedades determinadas.
Finalmente, desde la óptica de la salud pública y comunitaria apela a la necesidad de cuidarse y, sobre todo, de tener cuidado de los otros, particularmente, en el entorno urbano, lo cual es necesario para mantener la cohesión social y para desarrollar, además, actitudes y conductas que incrementen los valores de la convivencia, la equidad, el civismo y la política.
En la actualidad las funciones de la salud pública incluyen la prevención de enfermedades determinadas. Funciones que no se limitan, sin embargo, al ámbito sanitario, cuya perspectiva hegemónica sigue siendo patogénica: reconocer las enfermedades y sus causas para poder evitarlas, curar a los afectados cuando sea posible y aliviar siempre el sufrimiento de los pacientes.
Muchos de los factores determinantes de la salud son otros que los estrictamente sanitarios.
Muchos de los factores determinantes de la salud son otros que los estrictamente sanitarios: la educación, el trabajo, la vivienda, el urbanismo, la cohesión social, etc. La salud pública como institución social desborda ampliamente el ámbito de la sanidad, lo que justifica el fomento de políticas públicas saludables o, en otras palabras, la salud en todas las políticas, que también podría expresarse como cuidar a la polis.