14/12/2020
Los valores de hoy no son los mismos que los de hace cincuenta años. Algunos colectivos sociales sufren discriminaciones por las concepciones que hemos construido sobre ellos: las mujeres, los ancianos, los inmigrantes o el colectivo LGBTI, entre otros. También se han modificado los roles laborales, el acceso a los estudios o a los puestos directivos de las organizaciones.
Esa concepción de la persona, dinámica y en construcción, en consonancia con la evolución de la sociedad, está también presente en la escuela, en la educación, no solo por lo que se dice y se hace allí, sino mucho más por cómo se desarrollan los roles de los adultos, que son modelo para los niños y las niñas. ¿Qué concepción de la persona se transmite desde la escuela? (Díaz-Salazar, 2016; Martínez, 2016; Noddings, 1992). La familia y la escuela son dos lugares determinantes en la configuración que los niños y las niñas hacen de sí mismos y de los demás, de lo que soy, lo que puedo hacer y lo que debo hacer.
La COVID-19 nos ha brindado una oportunidad única para esta educación en la igualdad. Constituye un momento fundamental para romper barreras, falsos mitos y estereotipos desde el ejemplo, en los hogares. Porque el primer agente educativo por excelencia es la familia, y la descendencia es fiel reflejo de los comportamientos, hábitos y acciones de los seres humanos.
La escuela deberá asumir la necesidad de establecer relaciones de cuidado, para formar personas serviciales, competentes, cariñosas y agradables, sin necesidad de reducir necesariamente la dimensión intelectual del currículo escolar. Así, proporcionar un entorno que favorezca el aprendizaje, que motive al alumnado, será un buen contexto en el que las personas se sentirán acogidas, atendidas y cuidadas.
Para ello, no solo las niñas, sino también los niños, podrán conectar y desarrollar la sensibilidad situacional necesaria para ofrecer cuidado, de tal modo que la remota idea de causar daño a otra persona fuera impensable. La escuela se tiene que enfrentar al importante reto de que los niños se preparen para ser proveedores de cuidado.