15/01/2020
En 2015, los principales jefes de Estado y de Gobierno se reunieron en la Cumbre del Desarrollo Sostenible, en Nueva York, con el propósito de aprobar un plan de acción para el progreso social y económico en todo el planeta. El resultado de este encuentro fue la redacción y puesta en marcha de la Agenda 2030, una iniciativa basada en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para hacer de nuestro planeta un lugar más habitable bajo el paradigma de un desarrollo humano sostenible. Los ODS actuales tienen un periodo de vigencia de 14 años, de 2016 a 2030, por lo que a día de hoy los países comprometidos con la iniciativa, entre los cuales se encuentra España, están en pleno proceso de adaptación.
Según el informe realizado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN) y la Fundación Bertelsmann Stiftung, actualmente España ocupa la posición nº21 en términos de desarrollo sostenible de entre los 162 países analizados.
Ciudades y comunidades sostenibles
Un factor que en ocasiones pasa desapercibido pero que, sin embargo, tiene un peso muy importante para el correcto desarrollo y cumplimiento de los objetivos marcados a nivel internacional, es conocer cómo vive la sociedad actual en términos de organización territorial. La forma en la que nos estructuramos como sociedad influye directamente en cómo los objetivos planteados deberán ser adaptados al contexto y a la realidad que nos rodea y como nosotros, como ciudadanos, debemos actuar en consecuencia.
Actualmente, más de la mitad de la población mundial vive en una ciudad, y se espera que esta proporción vaya en aumento en los próximos años. Es por ello que varias voces han puesto sobre la mesa la necesidad de poner en valor los conceptos de “ciudades sostenibles e inclusivas”, aunque dicho hito sigue siendo un desafió a día de hoy.
Por un lado, se entiende como “ciudades sostenibles” aquellas que están impulsando la transición energética hacia un modelo de comunidades amables con el medio ambiente, que integran el verde en el entorno urbano, reducen las emisiones de CO2 e implementan el uso del transporte público y la movilidad sostenible, entre otras iniciativas.
Por otro lado, las “ciudades inclusivas” implican una red compleja de múltiples factores como la vivienda, el agua, el saneamiento, la igualdad de derechos, etc…
En España, el Informe Urbano ODS ‘Los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 100 ciudades españolas’, elaborado por REDS-SDSN en colaboración con Quantic y Mediapost en 2018, indica que todavía son pocas las ciudades que han alcanzado los objetivos propuestos, aunque hay algunas excepciones: “Vitoria o San Sebastián han desarrollado desde hace tiempo políticas activas de crecimiento sostenible e inclusivo, con resultados notables y otras, como Madrid, Barcelona o Valencia, han iniciado más recientemente el camino, poniendo en marcha planes y medidas específicas”.
Integrar los ODS en el proceso de final de vida
La creciente incidencia de las enfermedades crónicas será una de las principales causas de discapacidad y/o dependencia en 2020 y para 2030 se prevé que la incidencia se duplique en el colectivo de personas mayores de 65 años. Ante este contexto emergente, los expertos apuntan que desplegar los servicios necesarios para asistir y atender a los mayores, con especial énfasis en combatir la soledad no deseada, es uno de los grandes retos que deberán abordar las nuevas generaciones.
En concreto, en la fase de final de vida, las personas presentan cuatro tipos de necesidades: las necesidades físicas o biológicas, las necesidades emocionales o psicológicas, las necesidades sociales o familiares y las necesidades espirituales o trascendentales. Por ello, garantizar los procesos para una muerte digna, apoyar la planificación de decisiones anticipadas y del testamento vital y considerar el acompañamiento espiritual desde el respeto a la multiculturalidad y la diversidad religiosa son necesidades que deberían ser satisfechas para conseguir que una persona muera sin dolor, en paz y con dignidad.
ODS 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades. En este contexto, la Fundación Mémora ha impulsado Ciudades que Cuidan, un proyecto global y transversal para contribuir con conocimiento, intercambio de experiencias y acciones de soporte a la promoción de políticas y programas de atención al envejecimiento que favorezcan el acompañamiento de las personas mayores en situación de vulnerabilidad psico-social y/o en proceso final de vida.
ODS 7: Energía asequible y no contaminante, recalcando que los servicios y las instalaciones de la compañía, como los crematorios, cumplen con la normativa en materia de emisiones.
ODS 8: Trabajo decente y crecimiento económico, a través de la apuesta de Mémora por el crecimiento económico derivado de la generación de empleo que supone la construcción de nuevas instalaciones de Mémora.
ODS 11: Lograr que las ciudades y asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles con el objetivo de combatir la soledad no deseada, combatiendo el aislamiento social de las personas mayores. La soledad está en alza en todo el mundo occidental. El sentimiento de soledad prolongada puede incrementar el riesgo de muerte en un 25%.
ODS 13: Acción por el clima, a través de las acciones de responsabilidad social corporativa de Mémora relacionadas con el medio ambiente: ecofunerales, féretros y urnas ecológicas, etc.