Pablo Hermoso, alcalde de Logroño: «Me imagino una ciudad donde el cuidado está presente de forma central en la actividad política»
03/04/2023
Hablamos con…
Pablo Hermoso, alcalde de Logroño.
El pasado 21 de febrero de 2023, Hermoso participó en la jornada de presentación, celebrada en las instalaciones de Fundación Botín en Madrid, del nuevo Sello de Calidad «Ciudad que Cuida» dirigido a acreditar a todos aquellos municipios que impulsan políticas públicas enfocadas al cuidado de sus ciudadanos y comprometidos con el envejecimiento activo y saludable.
Logroño se encuentra en proceso de certificación para convertirse en la primera Ciudad que Cuida.
1. En 2019 se presentaron a las elecciones con tres verbos: crear, crecer y cuidar. ¿Cuál era la visión de cuidados que tenía en aquel momento?
Los cuidados significaban preocuparse de la gente desde que nacía hasta que moría, e iban mucho más allá de la mera práctica de los servicios sociales. Era y es un elemento que nos permite integrar buena parte de todos los esfuerzos que estamos haciendo en diferentes políticas.
Las políticas urbanísticas, pensar en la gente mayor o pensar en personas que tienen diferentes capacidades nos hace considerar los aspectos de la accesibilidad del cuidado de una forma mucho más profunda. Pensar en los servicios sociales atendiendo a problemáticas muy concretas tanto en la infancia como en la vejez o en la soledad nos permitía hacer un esfuerzo de intensificar y aumentar el presupuesto en los servicios sociales e integrar bien los tres elementos del cuidado.
Cuidarnos a nosotros mismos, esas actividades culturales educativas cada vez más intensas, actividades deportivas más personales y más centradas. Cuidar a la gente, es decir, tener esa visión solidaria, no solamente por el refuerzo del pilar social, de los servicios sociales, sino por esa colaboración más integral con el tercer sector. Entidades como Cáritas, Cruz Roja, Banco de Alimentos, Teléfono de la Esperanza, Cocina Económica… todo ese tercer sector que también desde un concepto de fraternidad ayuda. E integrar ese desarrollo comunitario de barrios y lugares en Logroño que están trabajando en ese espacio biológico de conversación, también cuidando y sabiendo que existe una interdependencia muy fuerte. La pandemia acentuó todo esto, y además puso en evidencia nuestra vulnerabilidad y nuestra fragilidad. Desde todos esos aspectos, el cuidado, el mapa de cuidados, los activos de cuidado y las políticas vinculadas con el cuidado desde el inicio hasta el final de la vida han estado muy presentes en la acción política y en darles una metodología, un proyecto. Sentirnos acompañados de gente que también está en esta reflexión parecía una clave importante.
2. Participar en el proyecto Ciudades que Cuidan y, como piloto del Sello de Calidad, ¿ha cambiado su visión sobre los cuidados? ¿qué aprendizajes y experiencia extrae en este camino junto a la Fundación Mémora?
Hemos aprendido mucho de la Fundación Mémora. Tanto desde el punto de vista más teórico como conceptual de la ética del cuidado. Cuando Victoria Camps escribe “Tiempos de cuidado” y hace una reflexión sobre que más allá de una ética de la responsabilidad, de la razón, de la justicia, hay una ética también del cuidado que tiene que estar muy presente y central en la reflexión política, en la reflexión de la polis, de la configuración de la ciudad, nos ilumina, nos sirve de referencia, nos inspira.
Generar al mismo tiempo o sentirse acompañado de gente que durante mucho tiempo desde diferentes perspectivas y sectores ha estado trabajando en la política de cuidados nos ayuda también a situarnos, a diagnosticarnos. Hacerlo y trabajar sobre un proyecto que genera una metodología, que define indicadores, que la estructura en esas nueve categorías… desde que uno está en casa hasta que sale al territorio de la ciudad, nos ha permitido aprender, crecer, hacer que el Departamento de Servicios Sociales y otras unidades del Ayuntamiento se sientan concernidos en una unidad de propósito, que es el cuidado, y seguir reflexionando de forma muy clara en cómo mejorar esa atención. Esa atención solícita de la que hablaba Victoria Camps y que para nosotros ha supuesto un aprendizaje, un crecimiento desde todos los puntos de vista: cultural, social, político.
3. ¿Cómo cree que impactará la obtención de esta acreditación del Sello Ciudad que Cuida en las próximas políticas públicas de Logroño?
Cuidar se expresa etimológicamente: significa pensar, pensar con cuidado y atender con cuidado a las personas. Yo creo que el espíritu municipalista, que también está reflejado en el acompañamiento que hace la Federación Española de Municipios y Provincias, significa vincular la política con lo que tienen más cercano, más próximo: se hablaba de los servicios de proximidad, y muchas veces el desafecto, el descontento, la gente que no participa en la actividad política… Yo creo que este espacio también es vincularse a la actividad política entendida como está relación directa de cuidado, de abrigo, de cobijo, a las personas más vulnerables, a las personas que más lo necesitan, y en general a toda a toda la sociedad.
Por lo tanto, preveo que, en los próximos años, quizás algunos de una forma superficial, pero creo que cada vez con más fuerza y de una forma más central, la reflexión sobre el cuidado, en un sentido amplio, va a estar mucho más presente en el propio lenguaje y en la propia capacidad de articular a través de las palabras.
4. 1 de cada 4 personas en Logroño son mayores de 65 años. ¿Qué políticas públicas o actuaciones concretas se han puesto en marcha en el último año para fomentar el envejecimiento saludable y promover la participación de los mayores?
Algunas de las experiencias interesantes por las que Logroño también ha sido premiada, por ejemplo, era la reflexión sobre esos nuevos paradigmas. La ayuda a domicilio no era tanto ver el conjunto de recursos que invertimos (presupuesto, personas atendidas, horas de atención…), sino centrándonos en la persona, ver qué era lo que siente la persona que es atendida, qué siente la persona que atiende, y qué siente el entorno familiar que está preocupado por la atención de esa persona. Muchas veces era más importante una buena conversación, mirarse a la cara, tener una palabra de afecto, que igual tareas de aseo o tareas más rutinarias. Ahí hay una reflexión sobre hacia dónde va la calidad en un servicio tan claro como la ayuda a domicilio.
5. ¿Qué papel tienen los “cuidados” en la configuración de las ciudades?
Cuando Victoria Camps reflexionaba “no solamente estoy vivo sino que existo”, ¿cuáles son los elementos que hacen que una persona mayor de 70, de 80, de 90 años, pueda no solamente estar entretenido haciendo actividades educativas, culturales o deportivas, sino sentirse parte constitutiva de una ciudad? como en este caso Logroño. ¿Cuáles son los elementos que permiten conformar y tener muy presente la sociedad? Las personas que envejecen tienen necesidades que muchas veces un varón de 40 a 50 años no ve, y que configura. Nos piden baños públicos en la ciudad que muchas veces no existen, nos piden pasos de cebra más estrechos para no sentir esa sensación de amenaza cuando un coche viene, nos piden cuestiones que son muy claves, muy centrales, y ahí es donde nosotros también, en todas las políticas públicas, hacemos esa reflexión. No solamente desde el espacio de los servicios sociales, sino como decía, de los espacios transversales, de los espacios del cuidado en lo que es el espacio público, en el urbanismo, en las actividades educativas o actividades deportivas. Es decir, irradia sobre toda la configuración de la ciudad.
Ellos hacen ciudad, y una ciudad mejor es una ciudad que está atendiendo de una forma muy precisa, muy al detalle, con mucho mimo, con cariño, con afecto, a todas estas solicitudes que nos hace la gente que ya es muy mayor. Sentirse en comunidad, sentirse no solamente en un abrigo familiar, sino en un espacio comunitario en una ciudad que les cobije, que les cuide, y no una ciudad que sea hostil, es para nosotros clave y básico.
6. Si jugamos a imaginar, ¿cómo cree que será la ciudad que cuida de Logroño para 2030?
Yo creo que será una ciudad donde, por ejemplo, las personas mayores puedan ir en su bicicleta sin temor a ser atropelladas. Me imagino mucha gente mayor yendo a hacer sus compras en bicicleta. Me imagino gente mayor en un espacio que sea como hemos hablado muchas veces, mucho más arbolado, donde la naturaleza está mucho más presente en la ciudad, donde haya muchos más espacios de convivencia, de uso intergeneracional. Imagino esa configuración de los centros cívicos que ya no son centros infantiles, ludotecas, centros para mayores activos… no, me imagino centros donde hay una visión intergeneracional. Me imagino una reflexión sobre las actividades deportivas o las actividades culturales centradas también en esa gente mayor.
Me imagino una sociedad donde hay experiencias a través de la “universidad popular”, la “universidad de la experiencia”, donde la gente quiere seguir formándose a lo largo y ancho de la vida. Por lo tanto, son gente que no solamente va a ser capaz de seguir formándose, sino enseñar a las nuevas generaciones. Me imagino esa ciudad de convivencia. Me la imagino mucho más plural, mucho más diversa, en una diversidad afectivo-sexual, racial, cultural, social, percibida como riqueza. Ahí hay una interculturalidad que va a ser rica. Imagino esa sociedad que es capaz de elevarse un poco más y entender el civismo y la cultura, esa ciudad donde el cuidado está presente de forma central en la actividad política y en el día a día.